POESÍA PISTOLA EN MANO

POESÍA A QUEMARROPA

martes, 10 de mayo de 2011

HAN PERDIDO TODO SU DINERO.

Han perdido todo su dinero
aquellos que han querido supeditarme a los ritos,
las cáscaras vacías y colectivas
las representaciones inútiles
las litúrgicas de cuerpo pero sin alma
sin nada que conectar con nada,
sólo catedrales que subsisten postmodernas
que de mirarlas se causan a sí mismas
el deterioro de la angustia
tan igual a los grandes centros comerciales
llenitos de gentes que nada tienen que ver conmigo
porque claro
no soy un tonto, me gustan las fiestas,
amo ese sentido lúdico que tuve de niño
de reírme porque sí como un verdadero enajenado
y asombrarme gratuitamente y sin que me paguen por ello.
Me gustaría decretar simplemente que juguemos
sin más regla que el juego mismo:
no hay premios, no hay fotos, no hay dinero,
sólo juego sin excluidos
porque no vale la trampa de jugar entre los que saben
sino el disfrute de aprender la inocencia de los que no,
de modo que siempre estamos empezando la cosa.
Porque para jugar con ritos
nos ponen camisas y corbatas
vehículos y perfumes,
mujeres que te sacan el aliento
y hombres que te sacan el resto,
nos ponen en lugares sin rejas
pero todos sabemos qué lugar es ese
donde nos transformamos en lo que no somos
pero ni modo: nunca podría conseguir esto
tan lindo y tan barato.
Acaso andar con el corazón abierto
nomás porque sí
y no para ventilarlo de vez en cuando.
Es que ando sobrado
y tengo la necesidad de alguien
para un rito diferente
porque un rito de verdad es cosa seria,
algo con sentido cierto que involucre los ojos
simplemente para cerrarlos bien juntitos
para ver bien:
esto también se llama oración.
Y cuando digo alguien,
digo dejar los demonios de la desconfianza
no más que por un rato al principio
y no importa de verdad qué eres
sino quién eres.
Asimismo
han perdido todo su dinero
y me dan como caso perdido.
Mientras tanto por estos lugares ando
sin levantar mucho la voz
y sin esperar milagros
porque los milagros no riman
ni tienen estrambote,
pero te traen ciertas músicas concretas
que sí se festejan en las venas
a ritmo de vivir simplemente,
no por la forma sino por el fondo.
Es que ya no tengo paciencia
para tanta cuestiones innecesarias.
Por eso han perdido todo su dinero
y ya no confían en mí,
soy lo que ellos dicen un pesimista,
un derrotado, un perdedor rematado,
soy número entre números
y con ellos me mezclo al azar de las risas,
aquellas por venir
algún amanecer
más parecido a la realidad
que este cáliz que bebo de a tragos
cada día de mi gloriosa vida
por estos rumbos
en que vos y yo vamos
simplemente amando.

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