Akutawa se suicidó.
Eso sucedió hace tiempo
por un sombrío desasosiego,
se deshizo simplemente de su sombra
que era desaparecerse de los espejos,
es que lo sombrío se alarga más allá del
amanecer
y viene subiendo de los infiernos a
quemar los pies
aunque diga: queridos compañeros
huyamos de este lugar,
no vale la pena morir en un combate
inútil
por traición por tortura por desasosiego,
un sombrío desasosiego
aunque de vez en cuando uno pueda amar de
veras,
muchos amaron de ese modo
como si fueran inmortales por un instante
pero el sombrío desasosiego
que echa las esperanzas al fogón
sin una canción apropiada para dolerse
arde,
anda de rabia en rabia
mirando este mundo roto
sin ningún cartucho en la utopía por
quemar
con la furia del sombrío desasosiego sólo
muchos andan y yo entre ellos así,
que el alma ya no puede
ya no puede
de encontrar tanta cosa muerta
por una viva
algo así como un pedacito de sol genuino
y de eso estoy hablando,
no del fin de Akutawa no,
hablo del sombrío desasosiego que ilumina
la cara
cuando ciertos haces de luminosidad
que vienen de algún lugar del alma
que siente que todo no está dicho
donde los huesos disparan sus fusiles de
estrellas
para alumbrar los caminos de los niños más
jodidos,
sombrío desasosiego digo
que mirando la puta noche no lo parece
tanto
de modo que apunta y dispara por el lado
donde saldrá el sol
y desparramar sobre la tierra
para que crezca de tanto darle y darle
el primer rayito libre de la verdadera
luz.
Eso se llama también revolución.
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