POESÍA PISTOLA EN MANO

POESÍA A QUEMARROPA

miércoles, 30 de noviembre de 2022

RESULTA QUE

Resulta que
el primer asesinato de la historia sigue impune,
a juicio de quien lo ha saldado
la carne es más satisfactoria que el grano,
criar animales parece ser más benéfico
que doblar el lomo sembrando y con ello,
el fruto de la tierra acredita tener cierto demérito.
De algún modo y ancestralmente
seguimos siendo carnívoros y más que metafóricamente
nos comemos el hígado unos a otros.
La opción vegetariana sigue aún vigente pero
lo lamento: no hay cómo preguntarle al Juez.
Resulta que
los famosos de turno y yo nos hemos sacado foto,
pero cada uno con su pareja
afortunadamente.
Resulta que
cualquiera que vaya vestido de etiqueta
puede ser pasible de un monumento en mármol,
hay miles de ellos.
La posteridad se encargará probablemente
del sentido estético y no ético del asunto
es decir, del artista y la obra, de la forma y no del fondo.
La cuadrilla formada para el derrumbe
en caso de no justificar el hecho, mientras tanto,
permanece inactiva
con sus integrantes cobrando mensualidad.
El tiempo sigue acumulando burócratas y burgueses.
En tanto como se sabe,
el mármol sigue siendo mármol y no hay vueltas.
Resulta que
la experiencia no aconseja bien,
porque te vuelve ortodoxo, poco ecléctico
y seguramente conservador,
en cambio la libertad con sentido común
hace a los hombres seres humanos.
Resulta que
ya me hicieron varias promesas,
las guardo como a las fotos viejas,
en una caja en algún lugar.
Lugar que cada tanto tiempo me topo y curioseo
para ver qué será de ellas
con esa desazón de libreta de banco
que miras luego de que el banco se ha fundido
y tienes eso precisamente,
una libreta de constancia de que no tienes nada.
¡Ah, los banqueros! ¡Ah los metafóricos banqueros!
Resulta que
tengo una radiografía sobre mi amor enfermo,
todos miran pero a trasluz no se ve nada,
todos cavilan, ensayan respuestas, murmuran,
pero no hay nadie viendo, solo miran.
Resulta que todos miran, si, pero nadie cura.
Para ver, pulse aquí.
Si no puede, es que el sistema se ha caído
o usted.
Resulta que
he excretado estas palabras
por algún motivo, razón o circunstancia
o sin ellas.
Resulta que
solamente me molestaban.
Y eso es todo.

xxxxxxxxxx
DERECHOS RESERVADOS

jueves, 24 de noviembre de 2022

EL ELEGIDO

 

Portentosa obra hizo el tiempo en el rostro de Alejandro Krauss desde cuando su presencia despertaba las ballenas debajo de los sostenes de las muchachas o hacía la alegría y el bolsillo de las prostitutas que tenían en él su vino de ropas caídas y su voz ronca cuando acariciaba con sus manos de guante. Un extraño gesto de huérfano que pide tócame, háblame, no me dejes, aliméntame, llegaba a las mujeres como un balazo en las sombras y lo abrazaban como abrazaban las memorias de sus viejas zapatillas de ballet, como se escuchan venidos desde el atajo de las horas los tristes sonidos maternos y él se les recostaba como un mar improbable llegando con sus barcas hasta iluminar las auroras seminales sobre sus escolleras que temblaban de sólo tenerlo.
Al llegar murmuraba un saludo que más que saludo parecía un sarcasmo levantando un libro que llevaba pegado a su mano derecha como una extremidad más de su personalidad y se sentaba no para participar de la conversación, sino más bien para complementar el sitio vacío. Un caso notable de Alejandro Krauss era su pasión por Julian Edwin “Cannonball” Adderley, fundamentalmente – como él decía llegada la oportunidad-, tocando con Miles Davis, John Coltrane, Bill Evans, Paul Chambers y Jimmy Cobb. Silbaba bajito interminables sesiones de jazz como si fuesen flores que arreglaba en su jardín con el más increíble esmero. Entonces su pipa dibujaba nubes azuladas como si fueran una bandada de genios custodiando su cara sin gestos, abstraído hasta el absurdo, bajando a sus abismos donde uno presentía que no regresaría ni ese día ni nunca jamás.
En más de una ocasión yo también me quedé absorto de pura contemplación, como si en su pipa hubiera luces, el humo subiendo, impregnando las narinas del mismo modo que los manteles se manchan de champagne y envolviéndome los ojos cual si fuesen sonámbulos, dejándome con la mano aferrada a la copa vacía, desparramado sobre la mesa.
Lo cierto es que me molestaba ese modo de resbalar palabras como si cada una pesase un castillo, de tomarse el tiempo casi cínicamente hasta para las cosas más elementales, como un espantapájaros dando una excelente actuación. Recuerdo esto como recuerdo a Evangelina Antier tocando la única canción que se sabía entera. Ella se sentaba y en el piano de Mendizábal celebraba una vieja canción de Paul Ash: “That’s shy I love you”. Con Evangelina fuimos felices algunos meses, la aparición de Alejandro Krauss en el grupo comenzó a ahogarnos las noches. Jamás volví a escuchar esa canción al menos en su presencia. Probablemente un hachazo cayó entre nosotros la noche en que él entró al bar con la gabardina empapada, subida hasta el cuello, con el pelo mojado pegado en la cara, el libro naufragando en su mano derecha, mirando alrededor como un capitán antes de hundirse con su barco. Se desplomó sin decir palabra en una silla y tuve la terrible sensación de ser definitivamente suprimido cuando Evangelina Antier intentó secarlo con su pequeño pañuelo de mano finamente perfumado. Hasta casi creí decir en voz alta: “igual que achicar la fuga de agua en un barco con una taza de café”. Probablemente no lo dije, pero la mirada de la Antier fue como si lo hubiese dicho.
Una noche salí de la oficina cansado y con pocas pulgas. Simplemente entré al bar como de costumbre a echarme una copa antes de irme a dormir cuando Alejandro Krauss parecía estar esperándome. Me llamó con un gesto desconocido para mí.
- A medianoche me voy con la Antier- fusiló.
La metralla de palabras penetró en mis carnes por algún lugar que no era el cráneo.
-¿Escuchaste?- me dijo mirándome fijamente y hasta pensé que ahora me tocaba a mí poner esa cara de extraño mármol que había aprendido de él. Lo miré sobre el paisaje que respirábamos y las viejas paletas del ventilador de techo que se reflejaban en las copas y los vasos como flores inasibles y muertas, sobre las botellas que se estiraban en un andén perdiéndose en la noche de los borrachos.
Es cierto, lo miré como a la grieta de una pared que acababa de agrandarse y tuve ganas de pegarle una trompada. En el vidrio de una ventana otras siluetas se transparentaban y disolvían reflejándose sobre la avenida de los árboles. Me fui con ellas sin decir palabra, con la memoria de su rostro que no terminaría de borrarse.
Ahora, al volver a verlo, en la cara de Alejandro Krauss los ojos le arrastraban el paisaje con el abrazo que sostiene al desesperado, con el gesto inconfundible de los idiotas y la mano derecha ya sin libro, con las uñas largas y mugrientas, mutiladas de la extensión de las páginas que antes apretaban.
El azar es precario y móvil, pero en este bar después de tantos años no es casualidad. Alejandro Krauss me vio llegar y sentarme sin ninguna cortesía. Lo miré como continuando la mirada que había dejado suspendida para él clavándole el cúmulo de los años aprendidos mientras el reloj martillaba los minutos sin que nadie dijera palabra. Su espalda estaba más delgada y sus cabellos huyeron desesperados de su cerebro. Debajo de los ojos la piel le colgaba como enormes goterones de sudorosa humedad.
Le pegué tremenda trompada. Cayó con su silla rebotando en la pared mientras me ganaba la absoluta sensación de que la vida es atroz, se le ensaña a uno y le enquista esas fiebres devolviendo el pasado. La muerte de una gigantesca mentira nunca parece tan enorme cuando se comienza a amar. Salí del bar tarareando lo que podía recordar de ¡That’s shy I love you” con el asomo de cierta sonrisa como si fuese alas de pájaro revoloteando y tratando de despertar ballenas debajo de los sostenes de las muchachas que pudieran comprender el cansancio de un viejo corazón de los años aquellos, que con la brisa, comenzaba también a beber de eso que algunos llaman libertad.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
SERGIO CASSARINO
DERECHOS RESERVADOS

viernes, 18 de noviembre de 2022

ESE TRAGO DE VINO

Es que desde el principio de los tiempos
los hijos de putas estaban en lo suyo
y al final también estarán,
la vida es esto:
una constante llovizna de hijos de putas
entre alguna tregua para lamerse las heridas
tragar saliva
donde no hay poesía floja.
Después
uno se sienta a cenar
y se termina hasta el último pedazo de pan
mientras los días siguen con sus gastritis
el amor agujereado
esa luna redonda
ese trago de vino.

xxxxxxxxxx
DERECHOS RESERVADOS

martes, 15 de noviembre de 2022

TAN HUMANOS

 

Regreso de vez en vez a aquella caverna
con la vieja pregunta de la realidad y la verdad,
la desnudez de la noche
hace su hormiguero en el cielo
fuera de los fariseos y sus discursos.
Aquí no hay agua bendita sólo basura
un silencio discreto cubre las vergüenzas
con la esperanza de sacudirlas alguna vez
y sobre el muro,
sólo se divisan siluetas
como antes como siempre
que flamean ilusorias
confusas provisorias,
así también la breve vida de la flor del hibisco
o un sueño por concluir, 
la simple realidad
que no cesa de escupirnos en la cara
sus minutos de amor dolor,
tan humanos finitos polvos.


xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

DERECHOS RESERVADOS

sábado, 12 de noviembre de 2022

YO NO TENGO RESPUESTAS

Yo no tengo respuestas,
ellas se ocultan en tierras de sombras
y a eces brillan sus lucecitas
-atisbo de lo fantástico-,
alguna certeza o verdad
donde me aferro con fe.
Yo no tengo respuestas,
vengo de un país de preguntas
que caen como la lluvia
desrazonablemente pronunciadas
golpeándome la cabeza
así de torpe, insolvente, incompetente,
en este lugar tan pequeño como el universo
tan grande como un segundo de felicidad.
Escasamente tengo una sonrisa que valga la pena
ahora y en a hora de cada día
en que desando andando
este débil polvo de hombre.
Yo no tengo respuestas, 
ni mis huesos.
Soy un nombrador apenas
que pregunta. 
xxxxxxxxxxxxxxxxx
DERECHOS RESERVADOS

martes, 8 de noviembre de 2022

CHORRITOS DE AGUA

Es el llanto el que busca los ojos
la tristeza que busca el llanto
el corazón que siente la tristeza
la tristeza que recibe ese impacto
en todo el recorrido la lágrima desgarra
y habla por la boca ciertas cuestiones
pero es la lágrima y no la boca
la que sostiene la memoria de las cosas
hasta que se hace olvido fuera de los párpados
y deja las pestañas mojaditas de rocío
como si la vida fuera tan corta
y las miserias tan largas
como si la vida fuera tan larga
y las felicidades tan cortas
será por eso que buscan la luz
y en la luz se caen
se van a alguna parte y se llevan los desgarros
se llevan las sonrisas
y después queda así la cara
con estas marcas que son surcos
con estos surcos que son vida
abierta al universo en su último chorrito de agua
que cruzan las mejillas como una oración.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
DERECHOS RESERVADOS

jueves, 3 de noviembre de 2022

CONCLUSIÓN PROVISORIA DE LO QUE SE HA DICHO EN LA HISTORIA

 

   Ab absurdo pane lucrando                                     stultorum infintus est númerus.        
   inter nos, latu sensu                           
   aura popularis longa, vita brevis,       
   ergo stultorum infintus est 
númerus                       pane lucrando ab absurdo.             
   Asinus ásinum fricat ab orígene 
   altius, citius, fortius,
   ásinus ásinum fricat 
   velis nolis,
   sic transit gloria mundi.
   Tedium vitae
   in vino véritas
   ¡vae victis!,
   in vino véritas
   stultorum infintus est númerus
   ab absurdo pane lucrando.
   Consumatum est: vita brevis est,
   dura lex.
   Pane lucrando pauca, sed bona,
   gaudeamus 
   stultorum infinitus est númerus ab absurdo.
   In vino véritas
   stultorum et panes, consumatum est
   manu militari consumatum est,
   jus sanguinis ab absurdo.
   Stultorum infintus est númerus,
   gaudeamus, pauca sed bona
   in vino véritas,
   sic transit gloria mundi ¡vae victis!.
   In vino véritas, in sacris, in abstracto
   áurea mediócritas:
   fiat lux, in vino véritas, in promptu
   fiat lux,    
   ad augusta per angusta
   stolturum infinitum est númerus
   ¡vae victis!, consumatum est.


 
 
 
 
 
   Por lo absurdo, para ganar el pan
   el número de los tontos es infinito.
   Entre nosotros, en sentido amplio,
   el viento popular es durarero, la vida breve,
   por lo tanto el número de los tontos es infinito
   para ganar el pan por lo absurdo.
   El asno frota al asno desde el origen
   mas alto, mas veloz, mas fuerte  
   el asno frota al asno
   quieras o no quieras,
   así pasa la gloria mundana.
   Aburrimiento de la vida
   la verdad está en el vino
   ¡ay de los vencidos!,
   el que bebe dice lo que siente,
   el número de los tontos es infinito
   por lo absurdo para ganar el pan.
   Todo se ha consumado: la vida es breve,
   dura es la ley.
   Para ganar el pan, poco pero bueno,
   alegrémonos,
   el número de los tontos es infinito por lo absurdo.
   La verdad está en el vino
   tontos y panes, todo se ha acabado
   por la fuerza de las armas,todo se ha consumado,
   derecho de sangre por lo absurdo.
   El número de los tontos es infinito
   alegrémonos, poco pero bueno
   la verdad está en el vino.
   Así pasa la gloria del mundo. 
   ¡Ay de los vencidos!.
   La verdad está en el vino, 
   en las cosas sagradas, en lo abstracto
   áurea medianía
   hágase la luz, el que bebe dice lo que siente
   de improviso hágase la luz
a  a lo augusto por lo angosto,
   el número de los tontos es infinito
   ¡ay de los vencidos!.Todo se ha acabado.
    
    XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
    DERECHOS RESERVADOS





 

miércoles, 2 de noviembre de 2022

ES POR ESO

Es por eso que las palabras no llegan
no tienen las alas imprescindibles
te arañan
apenas dejan sus huellas en tus oídos
es por eso que no oyes no comprendes
no te cantan sus aventuras sus amores
no traen las buenas nuevas
sólo ruidos de ciudades y gentes
vientos que traen hojarascas al oído y al corazón
es por eso que somos tan paganos para el amor
es por eso.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

DERECHOS RESERVADOS