POESÍA PISTOLA EN MANO

POESÍA A QUEMARROPA

sábado, 28 de abril de 2018

LA VIRGINIDAD DE LA MUERTE

Solamente me defendí de ese tren
obsedido de filos que venía y venía
con su paso rápido de marcha
con sus color de última batalla
con su límite y su estertor de infierno
lleno de toques brutales y profundos
que te van trozando
destrozando
así que el corazón es una suelta de pedazos
hasta salir por el grito
por el corcho de la boca
tamaño aullido que inconclusan los versos
que a veces se ven por los rincones
como astros perdidos del futuro
si es que esa palabra existiese
en las regiones pensadoras del hombre
en semejante trance en que solamente
me defendí de ese tren
cuando el pozo que se ve en el vidrio de los ojos
apenas se humedece
y no encuentra objeto
en su soberbia de polvo y barro
porque todo se sube por las rutas de las venas
artillo todo lo que tengo como campanazos
por las puertas de la garganta
vomitando un preludio de abortos y rituales
y caigo acomodado
derramado
conforme el agua de lluvia sobre el universo:
es por eso
que solamente me defendí
cuando avanzó como un tren
con sus muslos abiertos
y entonces
para romperle la virginidad a la muerte
la penetré sin compasión.
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domingo, 8 de abril de 2018

ESTA HUMEDAD

Esta humedad que se cuela por las paredes desarropadas
y esas inmensas manchas grises llenas de memorias
como si fuesen islas en las que he vivido náufrago
con el mar que es el mismo
dentro y fuera de los ojos.
Esta humedad ciudadana que duele en todo el cuerpo
pesadas piedras en la garganta de decir 
algo que realmente no sobre
más que esta enquistada humedad tan llena
de baldíos horizontales a las miserias
que vienen como el pan de cada día
inmortal y pobre. 
Soy un general de Cartago
anónimo y vencido
sobre las ruinas húmedas que quedan
a pesar del tiempo y el olvido
con algo de amor que todavía mueve el cuerpo.
Un rasguño de cal y madreselva
un gacho solo
un tango silbado bajito
y nada más. 
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