Página ciento noventa y tres
del libro del éxodo del tiempo:
la libertad se reduce a una mujer
que siempre veo de espaldas fea de nalgas
espabilado el que la ve de lejos
sin que se embruje de arrogancia
aunque alguna vez haya dormido con ella
y sus nalgas eran otras y sus senos sus besos
con el libro que dice lo que nunca tendrás
y el susurro enrarecido de las treinta monedas
que giran en la cabeza
monedas que es el precio y cadenas
ruido de cadenas
que hacen doler la importancia de las cosas
sólo cuando no llegan a tiempo
el oro y el moro
la mujer que siempre veo de espaldas
las emociones son convulsas
no es cuestión de justicia
la mujer sabe bailar
los que la buscan no
por eso parece que baila sola
como los monumentos.
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