El gato dormía a
los pies de Stanford O'hara
que no
dormía, acariciando en el aire
un
seno de doncella.
El gato dormía todo entero
cuando la
selva penetraba en el pecho
de
Stanford O'hara
y hacía
sombras y limo en su corazón,
mientras
seguía ya con sus dos manos
acariciando los senos de la doncella
con ojos
llenos de lágrimas,
de sexo, de rabia, de bosque
eternamente
atestado de hachas.
Acariciaba los senos de la doncella,
los aplastaba
en el aire
con los ojos
definitivamente abiertos a la noche misma
en que
el gato de Stanford O'hara
metrallaba
suaves ronquidos de gusto,
de sueño
profundo y tranquilo.
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eso hacen los gatos, ronronean plácidamente
ResponderEliminarun abrazo