Vago por el mundo moldeando el
camino
con arcilla caída de los años,
los lazos debieran ser fuertes sin
embargo giro
como giran las cosas alrededor
por los huecos del recipiente que
intensamente nos contienen los miedos.
Voy moldeando el espacio con las
manos
en señal de perdón por los males
ignorados
por lo que arrastramos de pasado en
pasado
del estigma que nos tocó la frente
abriéndonos puertas y ventanas
que pone lleno lo vacío.
Vivo en la casa de este cuerpo
escuchando lo que puedo oír
tomando lo que puedo asir
gozando todo lo amado.
Soy simple, tenue y mínimo como un
segundo.
Una bala disparada de un vientre
hasta la vida misteriosa y esquiva
que me mira sin ver mi rostro.
Muchos señores saludan a mi sombra y
mis espaldas
pero condenan mi sangre a los
abismos.
Sin embargo ¿quién me conoce?
¿quién entrará esta noche en mi casa
para apacentarse,
quién se hará hábil y sabio amigo de
mis tinieblas,
beberá de mi vino largamente
holgando y cantando conmigo
hasta amanecernos?
Acaso sólo la muerte penetra lo
impenetrable
conoce el arte de los vivos
evita los ejércitos y el tigre no le
alza su garra.
Sus rayos convergen
en el centro de una rueda inacabable
que acarrea,
la muerte gira en mi rueca hacia el
principio
donde volveré a arrancar lo plantado
a beber lo macerado.
Los que entren en mi casa vendrán
conmigo,
estarán llenos de hallazgos y
caminos
y los años serán simples anécdotas
del alma.
Sabrán que fuera del corazón no hay
amor,
que no hay mundo perfecto,
ni siquiera la percepción de ese
mundo perfecto.
Nadie debería bastardear las
esperanzas con espejismos.
Sencillamente fuera del corazón
no hay utopías nacidas de gente
salvaje.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxDERECHOS RESERVADOS
pero las hay en el corazón, eso importa, es una mentira piadosa para darse la oportunidad de vivir.
ResponderEliminarun abrazo desde la Ciudad de la Costa