POESÍA PISTOLA EN MANO

POESÍA A QUEMARROPA

sábado, 30 de agosto de 2014

CUANDO UN HOMBRE QUE ESTÁ SENTADO SE PONE DE PIE

Cuando un hombre que está sentado se pone de pie
lo miran los guardianes en nombre de Dios
lo miran los ayudantes de los guardianes en nombre de Dios
lo miran los que creen en los guardianes y los ayudantes
claro está en nombre de Dios,
lo miran según los libros en nombre de Dios
pero no lo miran según la mirada de Dios
porque ellos no son Dios aunque se lo crean.
Cuando un hombre que está sentado se pone de pie
lo miran los guardianes en nombre del estado
y cada uno de los jefes de departamento del estado
y cada uno de los burócratas del departamento del estado
y cada uno de los tercerizados que trabajan
para los burócratas del departamento del estado
lo miran según la carta magna del estado
pero no en nombre del uso de la equidad y la verdad
de la carta magna del estado
porque al fin y al cabo sólo son funcionarios del estado
y no les pagan para saber sino para ejecutar eso
que no saben bien que es eso: el estado.
Cuando un hombre que está sentado se pone de pie
es cosa seria
porque para qué un hombre querría ponerse de pie
y dejar la placidez por un cambio ríspido y absoluto
para dirigirse hacia otra parte
y cansarse sin ninguna necesidad así sin avisar
que se vuelve al fin y al cabo al menos sospechoso
que quiera desplazarse por su propia cuenta y riesgo,
cómo es que quiere averiguar solito
lo que ya todos sabemos porque nos lo dijeron
y da un resultado bárbaro y seguro
sin riesgos ni adrenalina inútil,
y qué derecho hay de dudar
e ir a ver si es o no cierto.
Porque qué derecho al cabo tiene
de ser tan irresponsable que no confía en lo que se le dice
y tiene algo en la cabeza
cosa extraña que lo vuelve al fin peligroso.
Cuando un hombre que está sentado se pone de pie
porque claro está y ya se sabe:
dos se ponen de pie
tres se ponen de pie
cuatro se ponen de pie
y la cuenta sigue de los ya listos
como para un levántate y anda
y el mundo se desbarata de a poquito
y ya no hay nada seguro
ni tu propia casa
ni tu propio barrio
ni tu propio país
ni el cielo
ni el infierno
y todo se llena de preguntas
como un enorme big bang de maravillas por descubrir
por afuera y por adentro de tu simple y común pellejo
una y otra vez sin que te digan de antemano una sola letra.
Es justo cuando entro a pensar
que hay algo sabio en alguna parte,
que esto de vivir tiene cierto gustito que vale la pena.
Es cuando un hombre que está sentado se pone de pie.


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1 comentario:

  1. Excelente, de a poquito a poquito, espero que todos nos pongamos de pie y finalizar de una vez y por todas, el meollo mancomunado y asfixiante los poderes... grato detenerme en tus letras... saluditos

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