Defiéndanme
de mí
de esta soberbia que se yergue en el espejo
que en la noche señala los cielos
y nombra algunas de sus luces
defiéndanme del ejercicio del olvido
que prefiere lo oscuro por puro falso orgullo
defiéndanme del desgano futuro y previsible
de la impaciencia del que intuye el valor de un segundo
defiéndanme del pasado irreparable y sus consecuencias
pero del polvo y la nada
ni una palabra.
de esta soberbia que se yergue en el espejo
que en la noche señala los cielos
y nombra algunas de sus luces
defiéndanme del ejercicio del olvido
que prefiere lo oscuro por puro falso orgullo
defiéndanme del desgano futuro y previsible
de la impaciencia del que intuye el valor de un segundo
defiéndanme del pasado irreparable y sus consecuencias
pero del polvo y la nada
ni una palabra.
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