POESÍA PISTOLA EN MANO

POESÍA A QUEMARROPA

martes, 7 de marzo de 2023

MIENTRAS PARTO EN DOS UNA CROQUETA

 


                                    I  

Escribir en la página en blanco un esbozo de poema
que Borges, Chesterton, Vallejo,
Elliot, Pound, Bioy, Gelman y Huidobro haría que se revolcaran.
Cátulo en recuerdo de  Volusio a viva voz:
lleno de garrulería y estupideces
¡cacata carta! ¡cacata carta!.
Escribir en la página en blanco con gran esfuerzo
tres o cuatro versos sin gerundio
que hiciera un paréntesis en el abismo de Pizarnik,
una mueca en Olga Orozco
y al quinto verso
el silencio de Whitman, la tos de Ginsberg, el fondo blanco de Chinaski.
En el séptimo verso
ya Sarandy Cabrera proceder a gruesos epítetos y dicterios:
¡No has aprendido nada!
¡escribe tus porquerías pero escríbelas decentemente!.
Cardenal procurará confesarme bajo peligro de muerte cerebral,
Nicanor Parra a carcajadas: los poetas bajaron del Olimpo
y otros fueron a parar a la letrina.
La lista de compasiones, palmadas y anatemas huelga de larga
y después de pensármelo un rato abjuro de escribir.
Lo cierto es que llegué hasta aquí sin gerundios.
Sin embargo la obsesión es
en el primer verso escribir por ejemplo:
mientras parto en dos una croqueta.
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                                 II
 
Mientras parto en dos una croqueta
miro el resultado sin simetría como tantas otras cosas destripadas,
está desparramada en el plato
como tantos por la vida esperando que cualquier dolor los pinche
cualquier cuchillo los hiera
cualquier trabajo los trague diez o doce horas al día
sin ensalada ni postre
es que la croqueta tiene sangre francesa
eso dicen
hecha de masa diversa y maleable
como las sociedades de los hombres
entremeses y guarniciones croquetas
que los romanos hacían con sobras
-y hasta hoy día la receta básica-
croquetas y sobras humanas,
del francés croquer (crujir) vienen
o de los cocineros florentinos de Catalina de Medici
relatos y autores quién sabe
con la peripecia del aceite hirviendo
de la historia y los cocineros de turno
encantados de ver masa y sobras en todas partes
so pretexto que los populares comen
y son a la vez comidos
en una alegoría en espiral de discursos y recetas
con los restos y sus eufemismos.
Hay que pensarlo dos veces.
Dicho esto y sin remordimientos
parto en dos una croqueta y la devoro sin compasión
parto en dos otra y otra.
Pienso en las revoluciones perdidas y croquetas.
Dice Brecht que las revoluciones
se producen en los callejones sin salida.
Me tomo un buen trago de cerveza a modo de pausa
y digo que las croquetas probablemente también:
el día que las croquetas dejen de ser croquetas.
Cabezas de croqueta, medito.
Hago la digestión y la cuestión me da vueltas
mientras cambio el brazo de lugar.
Incluso en la poesía
se hace todo esto y mucho más:
croquetas con sabor a estulticia.
Escribir un arsenal de palabras inútiles.
Escribir por ejemplo:
mientras parto en dos una croqueta.
Sin bechamel.
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