Definitivamente daré vuelta en la cuarta calle
la felicidad o como se llame no viene a
golpearte la cara
no te sangra la nariz o se te caen los dientes
con el equivalente pleno del dolor de la suma
total
y estás todavía ahí quieto esperando el
siguiente golpe
porque tenía que traspasarte definitivamente
así esperando ser atropellado, devastado,
sin ningún artilugio para que la puta felicidad
te viole una y otra vez
sin pensar otra cosa que el corazón como ruido
de tambores
que vienen de todas las esquinas próximas a
sangrarte los oídos
celestialmente si cabe esa palabra por no decir
estrelladamente
esperando ser muerto por un solo beso harto
suficiente,
burbujas de una bebida espléndida que debería
retorcerte el cuerpo
que se vaya por el lavadero toda esa saliva
espesa
bilis espantosa de caballos en las espaldas
esperando correr a desbarrancarse en alguna luz,
perros simples perros en sus manadas esperando
que terminen esos días
impunes de tanta hambre husmeando los corazones
sin migajas disponibles
agua servida tal si fuese sangre por su color
aunque las palabras parezcan que ésta es la
buena vida
yo solo veo crepúsculos tremendos parecidos a
personas
que corren con sus objetos descartables.
Apenas están mi manos frías y sin destino con
una bolsita,
toda esta mierda cabe apenas en una bolsita en
una mano
es que casi todo va a parar a la basura.
Definitivamente daré la vuelta en la cuarta
calle
quién sabe
tal vez salga el sol.
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