Todos los
días rezo una oración
y después
pregunto por ignorante estas cosas
que me
salen de algún lado de la cabeza
de tanto
que dan vueltas y vueltas.
Todos los
días están ahí,
justo
después que rezo una oración
y salen a
borbotones como malos amigos
porque el
mundo ya está instalado
quién sabe
cuánto tiempo hace
pero la
pregunta acerca de la realidad
como cosa
que me acerque a alguna orilla
que de
veras valga la pena
y pueda poner los piecitos en el agua
y dejar
salir un suspiro de gusto
porque
está tibia justo como uno quiere
y decir
con total seguridad que eso es cierto
de todos
modos y maneras,
que es
verdad y sin ninguna pero ninguna duda
que es la
realidad mismamente:
pero me
siguen faltando a la cita todos y cada uno de los días.
Tengo
estos tajos, atajos,
estas
vistas parciales, estas dudas perennes
como las
nieves del Kilimanjaro.
Después
viene el tiempo,
el tiempo
en mi cara y en mi cuerpo
y en todos
los cuerpos
inclusive
los que ya son huesos,
el tiempo
y la eternidad
mirando
esta piedra como un ojito
o aquella
estrella chiquitita y minusválida
que cuando
las enfrento ni modo,
me parte
la cabeza toda esa oscuridad inmensa y honda
llena de
cosas que nunca podré ver
oír,
sentir, por pequeñas o grandes,
sólo
conformarme en mirar para arriba como un estúpido
esa fugacidad que me come el tiempo
y me
muestra la eternidad.
Y a
continuación se me viene una larga fila
ya
incontenible de cosas tales como
la justicia,
la verdad, el amor
y se
vuelve interminable todas esas palabras
que le
siguen en el orden que quieras
que están
en hilera tranquilamente esperando
ser desfloradas, descifradas, amadas,
descargar
su contenido, dignificarse,
como los
pobres sin comida quién sabe desde
cuándo
y ya no
tengan que rogar, ni humillarse, ni morirse,
así,
agotado y
vencido
así,
me dejan
como cenizas de cigarro mal apagado y tirado
barriéndome
un simple soplo por insignificante
y mi voz
que no se oye más que a unos pocos metros
con mucha
suerte si hay silencio.
Por eso
todos los días rezo una oración
por si eso
hace una diferencia en el corazón
que es el
lugar donde uno debiera fiarse
para
encontrar de vez en cuando alguna respuesta
que abre
otro manojo de preguntas
y es un cuento
de nunca acabar.
No tengo
mucho tiempo para otra cosa
salvo el
momento cotidiano en que parezco un hombre.
Todos los
días rezo una oración
y espero
todos los
días rezo una oración
y escucho
todos los
días rezo una oración
y veo.
Todos los
días rezo una oración.
DERECHOS RESERVADOS
rezar es pretender la resolución de un conflicto interior, porque aquellos que están afuera son todos abordables..
ResponderEliminarsalud
Qué tal Omar, bueno, da para una charla de café... no estaría tan de acuerdo con esa conclusión de rezar y menos, mucho menos que todo conflicto exterior es abordable, entre otras cuestiones porque el hombre es él y sus circunstancias. Un hombre puede intervenir en un conflicto directo pero no circunstancial y menos si no tiene las herramientas necesarias alli, donde la palabra es solo una cuestión testimonial. La cuestión de rezar según se lo mire es otra cosa y tiene muchas puntas que no es aquí el lugar de desarrollo. Gracias por tu aporte. Te voy leyendo en tu blog pero no encuentro cómo comentar. Soy un ignorante cibernético pero no encontré cómo, de modo que si esto te llega edúcame. Saluditosssssssss
ResponderEliminarLa vida es una constante, con o sin, váyase a saber; lo cierto o incierto que nos sea está en cada cual, así que siga rezando su oración, siga llevando el verbo a redacción que yo pasando a leerlo me lo disfruto un montón.... saluditos
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