POESÍA PISTOLA EN MANO

POESÍA A QUEMARROPA

viernes, 28 de marzo de 2014

HABLEMOS DE AMOR

Hablemos de amor.
No digo ese neandertal sentimiento
de frente huidiza en unos cuantos días
porque lo efímero es otro canto,
viene con finales de músicas patéticas
que ya se sabían de antemano
que dura lo que una descarga de inodoro.
Hablemos de esas cosas
que cuando se está ausente
no están ausente de uno mismo
porque se lleva como el polvo a la ropa,
pero es tan humana esa espera que espera
y es un modo de presencia viva y latiente
que está y no está,
cual si fuese un misterio mensurable de muchos modos
sobre todo sin los ojos
sobre todo en algún lugar de uno mismo
donde uno sabe que es el territorio por llegar
donde uno sabe de antemano que todo va a estar bien
donde la sonrisa tiene el valor de la sonrisa
y el abrazo tiene la certeza del primer abrazo.
Hablemos de la espera y el retorno
a todas las cosas,
porque se anda de objeto en objeto
de objetivo en objetivo
de camino en camino
de hombre en hombre
y cada episodio espera su sombra consecuente
como a su propia sangre,
porque se trata de vida misma
ni más ni menos que eso con sus opacas luminosidades
y acaso es por eso que se guardan en la memoria.
Yo estoy hecho de ellos,
y cuando digo hablemos
también hablo de las miradas para ver,
de las manos, de lo prometido y comprometido
los que esperan y no desesperan,
del simple beso que es más que eso
porque uno anda de viaje siendo moldeado
que es algo de piedra, árbol y paisaje,
edificios, vecinos y gente,
de noches y estrellas y más allá
todo lo que está dentro de la cabeza
que es lo que contiene esta carne que anda,
que ronda que va pero vuelve
a las cosas y las gentes sin cobrar tiempos ni distancias
de los cuales muchos me esperan desde hace años
con ese lenguaje que nos es propio y cómplice
en estado de espera como espejos latientes
y están allí en la memoria para volver.
Y al paso del tiempo
me voy adentrando en todas esas cosas,
voy siendo esas cosas
esas voces, esos coros de pájaros
ese tumulto de historia en la que me voy convirtiendo
dejando mi ropa en esas cortezas
en esas ramas
en esas flores
en esas tormentas
que van poblando mi esqueleto
con dolor y con ternura
en este territorio en que voy mudando
a paso de viento en el mundo
cuando me dices, por ejemplo,
hablemos de amor.


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DERECHOS RESERVADOS

viernes, 14 de marzo de 2014

DEL FRUTO DEL CORAZÓN HABLA LA BOCA

Está en el libro de Thot
secretario de los dioses
que guarda el secreto del conocimiento,
y está en el papiro de Turis
donde se detalla el intento de asesinato
de un faraón.
Está en las clavículas de Salomón
que  dicen que contiene su testamento
para hacer del hombre que lea
el mas poderoso de la tierra,
y está en el Excalibur
la única obra de la cienciología que no es pública.
Si.
Está en el Index Librorum Prohibitorum
donde se guardaron como a herejes
a Erasmo de Rotterdam, Descartes y Balzac entre muchos
y está en la quema ordenada por Chi-Huan Ti
cuando redujo a cenizas casi todo lo escrito
para obligar a la historia a empezar con él una vez más.
Está en Confucio
cuya memoria porfiada sobrevivió a Chi-Huan Ti
y está en el libro confiscado y quemado
del sofista Protágoras de Abdera
acusado de impiedad y blasfemia
porque dudó de la existencia de los dioses.
Y claro,
también está en los libros de Platón
aunque según Diógenes Laercio
quemó todos los poemas de Sócrates.
En fin,
la palabra sigue siendo peligrosa,
un pequeño descuido y te decapita el alma.
Heinrich Heme cuyos libros ardieron
en la hoguera nazi lo sabe muy bien:
-Ahí donde queman libros
terminan quemando hombres, dijo.
De modo que cuida tus palabras
porque es todo cuanto tienes
y como dice Wilhelm Busch
pensamientos estúpidos tenemos todos
pero el sabio se los calla.
Este es el evangelio de la palabra:
Del fruto del corazón habla la boca.
Amén.
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 DERECHOS RESERVADOS

jueves, 6 de marzo de 2014

ALMITA PERRA

Almita perra que sufre las penas dulces
   como cuerpo juntador de estrellas,
    tan subidas al galope mismo de la sangre
      vuelo de alas brevísimo
  al sol imposible de la justicia
    de la dolora alegría:
      aquí mirá,
     mismamente entre los dedos
 almita perra que te mira las ternuras
                         los besos
 la cantora almohadita de nubes que nos moja
       pedacitos de los ojos
            todavía.
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